Olas que viene y van

- "Olas que viene y van, olas que vienen y van..."

Algunas veces he tarareado esas palabras que forman parte del estribillo de una canción de mi juventud con alegría, tras reencontrarme después de mucho tiempo con alguién que ha sido importante en mi vida. Pero hoy esas palabras tienen un tono un poco más melancólico, suenan como a despedida…

Imagino que esas palabras, ni siquiera recuerdo como continuaba la canción, han sido rescadas hoy, insconscientemente, de algún cajón de mi memoria para revelarme una gran verdad. Que el Destino es un poco como el mar: a veces nos lleva a morir en la brillante arena de una playa y otras nos golpea contra las duras peñas de un acantilado. Somos olas arrastradas por una fuerza invisible y nuestras circunstancias, como las mareas, un simple efecto astral. Olas que viene y van, guíadas por una energía cósmica, que según la ocasión, juega a nuestro favor o en nestra contra.

Los que somos de costa lo sabemos desde niños, es inútil ir en contra de las mareas. No se puede luchar con el mar. Y cuando el se lleva de nuestra vida a alguién importante para nosotros, sólo nos queda resignarnos y esperar.

Esperar . Dejar que pase el tiempo. Mirar al horizonte sin perder la esperanza y confiar en que Dios o el destino nos devuelva la compañía de esa persona. Esperar… porque algunas veces, cuando sube la marea, el mar devuelve parte de aquello que se llevó.

Cuestión de tiempo

Todo en la vida se reduce a una cuestión de tiempo. Somos melodías compuestas por una sucesión en el tiempo de notas musicales. Melodías compuestas por distintos instrumentos sonando al compás unas veces y en otras por solos y silencios. Melodías que discurren sobre un fondo rítmico y armónico que con pequeños o grandes cambios, contextualiza y acompaña la melodía de nuestras vidas.

Por eso tanto la vida como la música es sólo cuestión de tiempo y hay un tiempo para cada cosa.

“Tiempo de nacer, tiempo de morir,
tiempo de plantar, tiempo de arrancar la planta,
tiempo de matar, tiempo de curar,
tiempo de destruir, tiempo de construir,
tiempo de llorar, tiempo de reír,
tiempo de gemir, tiempo de bailar,
tiempo de tirar piedras, tiempo de recoger piedras,
tiempo de abrazar, tiempo de separar,
tiempo de buscar, tiempo de perder,
tiempo de guardar, tiempo de tirar,
tiempo de rasgar, tiempo de coser,
tiempo de callar, tiempo de hablar,
tiempo de amar, tiempo de odiar,
tiempo de guerra, tiempo de paz.”

Poema extraido de la novela Once Minutos de Paulo Coelho.

¡¡¡¡¡¡¡Despierta!!!!!!!!!

¿Quién no ha tenido nunca un hermoso sueño que de repente se ha convertido en una pesadilla? Te despiertas entre angustiado y asustado, y al despertar sientes una especie de tristeza y alivio al mismo tiempo. Intentas volver a dormirte y soñar con la parte bonita pero al rato te despiertas con otra nueva pesadilla… Y al final te pasas el resto de la noche pensando en la parte buena de sueño e intentando no volver a quedarte dormida, por si acaso. Pero sabes que probablemente nunca más recuperarás ese sueño.

En la vida real, todo es mucho más complicado. A veces sientes que estás viviendo un momento muy especial, de alegría, de satisfacción y de paz y de repente una extraña fuerza, un terremoto pasa a nuestro lado y lo destruye todo. La vida se convierte en una pesadilla de la que no podemos despertar. ¿Qué podemos hacer entonces? ¿Soñar?

BÚSCAME...

Búscame, si algún día la tristeza te ahoga,
si sientes que en tu vida no hay ilusión.
Búscame, cuando te sientas cansado y herido
o cuando estés dispuesto a abrir tu corazón.

Búscame, si algún día tu melodía se vuelve monótona,
si sientes que en tu vida la armonía desapareció.
Búscame, cuando te sientas aburrido y vacío
o cuando quieras regalarme una canción.

Búscame, si algún día necesitas refugio en otros brazos,
si sientes que en tu vida no hay amor.
Búscame, cuando te sientas sólo y perdido,
o cuando quieras entregarte ciegamente a la pasión.

INCERTIDUMBRE

Últimamente hay una palabra que oigo constantemente en todas partes, en las noticias, en las series de televisión, hablando con la gente… Y desde que me he dado cuenta no puedo evitar sonreír mientras pienso si será simplemente una casualidad o si será que mi mente está sugestionada y se centra únicamente en los detalles del entorno que reflejan, en ocasiones algo distorsionada y otras nítidamente, la imagen de mi ánimo. Pero al menos, desde que soy consciente de que “todo el mundo”, en la realidad y en la ficción, sufre y tiene miedo ante la Incertidumbre mi miedo se hace más pequeño y me siento comprendida y acompañada en mis sufrimientos y más próxima al resto de la humanidad porque “en el fondo no somos tan distintos”.

No, no somos tan diferentes unos de otros, nuestro día a día, nuestro rostro, nuestro entorno y nuestra cultura pueden ser muy distintos pero las grandes preocupaciones del ser humano han sido, son y seguirán siendo las mismas. El amor, la felicidad, el dolor, la muerte… y por encima de todo el miedo y la incertidumbre.

- Desde que nos despertamos hasta que nos volvemos a acostar nuestra vida está llena de preguntas. - He oído hace unos días en una serie de televisión – Algunas son fáciles de responder pero para otras no tenemos respuestas.

Y eso es lo que nos asusta, la falta de información, de seguridad o certeza sobre algo y el miedo a equivocarnos.

Noche de San Juan

Hoy se celebra la noche de San Juan, el nacimiento del santo que bautizaba a sus seguidores y anunciaba la llegada de una nueva vida. Una noche rodeada de magia, mitos y rituales ancestrales para celebrar el solsticio de verano. Una noche para adorar al sol que es símbolo de vida, porque hace brotar los frutos de la tierra, y a la Madre tierra como diosa de la fertilidad, del amor y principio de la vida. Una noche de “meigas e trasgos”, en la que se venera la vida y la muerte, y en la que celebran ritos de purificación, o para atraer la suerte, el amor y la fertilidad y alejar de nosotros todo lo negativo.

En esta noche, a la que el mundo pagano dotaba ya de energías mágicas debidas a la posición de los astros, se busca la purificación a través de rituales de fuego y agua, símbolos de vida y purificación en distintas religiones, para limpiar nuestras vidas de todo aquello del pasado que nos impide seguir adelante y comenzar un nuevo ciclo. El agua y el fuego, la vida y la muerte, simbolizan el principio de dualidad y complementariedad de todas las cosas, ying y el yang, energías que confluyen en un mismo punto, cerrando el círculo.

Por eso aprovecho esta noche mágica para dejar unas palabras que leí hace algún tiempo, unas palabras que recoge en El Zahir Paulo Coelho:

“Por eso es tan importante que ciertas cosas se vayan. Soltar. Desprenderse. La gente tiene que entender que nadie está jugando con cartas marcadas; a veces ganamos y a veces perdemos. No esperes que te devuelvan algo, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor. Cerrando ciclos. No por orgullo, por incapacidad o por soberbia, sino porque simplemente aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo. Deja de ser quien eras y transformarte en quien eres”.

Purifiquémonos esta noche, hagamos limpieza y renazcamos a una nueva vida.

ENTRE BAMBALINAS

A veces la vida es como una espera entre bambalinas. Momentos de tensión y emociones a flor de piel antes de salir a escena. Una espera que se hace eterna antes de vivir nuestro minuto, de gloria o de fracaso. Un minuto en el que el corazón late con tal fuerza que te hace olvidar la realidad.

Cuando uno está sobre el escenario, no existe el pasado ni el futuro y nuestro destino queda a merced de otros. Ellos son los que deciden regalarnos la gloria o arrojarnos a los leones, ellos serán los que decidirán ser nuestros cómplices o nuestros verdugos.