08 febrero, 2009

Olas que viene y van

- "Olas que viene y van, olas que vienen y van..."

Algunas veces he tarareado esas palabras que forman parte del estribillo de una canción de mi juventud con alegría, tras reencontrarme después de mucho tiempo con alguién que ha sido importante en mi vida. Pero hoy esas palabras tienen un tono un poco más melancólico, suenan como a despedida…

Imagino que esas palabras, ni siquiera recuerdo como continuaba la canción, han sido rescadas hoy, insconscientemente, de algún cajón de mi memoria para revelarme una gran verdad. Que el Destino es un poco como el mar: a veces nos lleva a morir en la brillante arena de una playa y otras nos golpea contra las duras peñas de un acantilado. Somos olas arrastradas por una fuerza invisible y nuestras circunstancias, como las mareas, un simple efecto astral. Olas que viene y van, guíadas por una energía cósmica, que según la ocasión, juega a nuestro favor o en nestra contra.

Los que somos de costa lo sabemos desde niños, es inútil ir en contra de las mareas. No se puede luchar con el mar. Y cuando el se lleva de nuestra vida a alguién importante para nosotros, sólo nos queda resignarnos y esperar.

Esperar . Dejar que pase el tiempo. Mirar al horizonte sin perder la esperanza y confiar en que Dios o el destino nos devuelva la compañía de esa persona. Esperar… porque algunas veces, cuando sube la marea, el mar devuelve parte de aquello que se llevó.