30 enero, 2007

El templo de Oshum

El templo de Oshum ha cumplido ya un año y por eso no quiero dejar pasar más tiempo sin explicar por qué he elegido ese nombre para mi blog. Porque detrás de algo tan insignificante como el nombre, se esconde la razón de ser de este espacio, lo que respresenta para mí y lo que me gustaría que fuese para aquellos navegantes que visiten el templo.

He de empezar contando quién es Oshum u Oxum y como descubrí su existencia, antes de explicaros porqué y para qué le construí un templo.

Pues bien, Oxum es uno de los orixás femenino, (divinidades que representan las fuerzas de la naturaleza), que forma parte del panteón de la religión Candomblé y de la Umbanda, religiones animistas que provienen de primitivos cultos africanos y que llegaron a América con los esclavos. --- Y pensareis ahora: “Ah, que interesante pero… ¿Cómo conociste la existencia de tales creencias?, ¿acaso estas metida en alguna extraña secta, en brujerías o magia negra?”---. ¡Tranquilos! No ha sido por nada de eso. Es una larga historia pero por abreviar os diré que fue durante una clase de bailes brasileños.

Un día la profesora empezó a enseñarnos un baile, Maracatú, que esconde bajo la representación de una procesión, el culto a los orixás, que en aquel momento estaba prohibido. Así empezó a hablarnos de estás religiones, de los distintos orixás y de la creencia de que cada hombre y cada mujer tiene un padre y una madre orixás que rigen su vida, marcan su personalidad y los ayudan en los momentos difíciles… ¡Me quedé fascinada!!


Tras unos días de búsqueda de información en internet, para tratar de conocer quienes eran mis padres orixás y después de descubrir que no tenía modo de saberlo, me autoproclamé hija de la diosa Oxum por ser con la que me sentía más identificada.


Así que Oxum es mi protectora, mi musa y mi guía espiritual y el Templo de Oshum es su casa, “El hogar de la diosa”, el espacio dónde vive mi ficción y mi inspiración pero también es “el refugio del espíritu” el lugar al que poder acudir cuando el alma está inquieta en busca de protección o consejo, el lugar dónde poder dejar el alma al descubierto liberándola de sus pesadas cargas y un lugar dónde encontrar paz.